Electrodomésticos amigables con su bolsillo y con el ambiente.

Motores que mueven algunos de estos aparatos han evolucionado para ahorrar en el consumo de energía.

Cuando se trata de manejar el presupuesto familiar, hombres y mujeres cuidan la platica, y cualquier ayuda extra por parte de la tecnología se agradece montones.

Por eso hay que pensar en tener en la casa electrodomésticos, que, gracias a la innovación y a una conciencia más amigable con el medioambiente, son hoy más eficientes y amables, no solo con el planeta, también con su bolsillo.

Es así es como la línea blanca –los aparatos vinculados a la cocina y la limpieza del hogar– se ha vuelto ahorradora de energía y de agua, en el caso de las lavadoras.

Los electrodomésticos se clasifican, según su consumo de energía, en altos, medios y bajos: los altos son los que producen calor y son los que tienen más vatios de potencia (como la plancha, las parrillas y el horno). Los medios son los que funcionan con motor (como el ventilador, el aire acondicionado, la lavadora, la nevera). Los bajos son aquellos aparatos que son electrónicos y son los que menos vatios de potencia tienen (como el DVD, el reloj digital o los videojuegos).

Paula Fernández, gerente de mercadeo de Haceb, y Santiago Ospina, gerente de mercadeo de la línea blanca de Samsung, coinciden en que los motores con los que funcionan neveras, lavadoras, aires acondicionados y otros electrodomésticos más pequeños, son los que más han evolucionado, son en la actualidad más eficientes y demandan menos energía para su funcionamiento.

“Los motores digital inverter pueden funcionar a diferentes velocidades de acuerdo a lo que necesita el producto y sus funciones. No siempre va a la misma velocidad, lo que le permite regular el consumo de energía”, comenta Ospina.

La nevera, por ejemplo, es el único electrodoméstico que trabaja las 24 horas al día, por lo que controlar su consumo de energía ha sido una preocupación tanto de las familias como de los fabricantes y gobierno.

“Las neveras pueden consumir más o menos energía de pendiendo de su motor y la capacidad de conservar el frío, que no se le escape, para un menor consumo de energía. Por eso hay unas normas establecidas que permiten clasificarlas en tipo A, B, C, D. Las tipo A indican que es un producto ahorrador energía”, explica Fernández, y agrega que esta información debe estar a la vista del consumidor para que pueda evaluar las características del producto a la hora de elegir.

Marcas como Samsung han innovado con la tecnología Twin Cooling Plus, que utiliza dos sistemas de refrigeración diferentes. “Esto permite tener diferentes opciones de uso como que cuando se abre uno de los compartimientos, el otro no pierda frío”, dice Ospina.

Por su parte, Fernández se refiere a neveras que tienen clasificación de trabajo por piso climático, para que tengan el mejor rendimiento y mayores niveles de frío incluso en los climas más extremos de Colombia

Otro punto clave es el gas refrigerante que se utilice. En Colombia, la norma pasó del gas r134 al r600, dice Fernández. “Esto tiene que ver con el consumo sostenible para disminuir las emisiones de gases que afecten la capa de ozono. Durante la fabricación y posterior reciclaje del producto, es cuando se genera esta emisión que afecta el medioambiente”.

La lavadora es otro de los electrodomésticos que más han evolucionado, para ahorrar no solo energía sino también agua.      

Además del motor que se va ajustando a las necesidades energéticas de cada ciclo de lavado, se busca una mayor eficiencia en cuanto al consumo de agua y eficacia en el lavado. De ahí la posibilidad de carga frontal o carga superior, e innovaciones recientes como la opción de reutilizar el agua del segundo enjuague. “Esto se traduce en un ahorro de hasta siete baldes de agua en cada ciclo de lavado, es decir 80 litros, que se pueden usar para regar un jardín o limpiar una terraza”, explica Fernández.

 

Algunos consejos para ahorrar energía

Abra la nevera solo cuando sea necesario y saque y meta todo lo que va a usar al mismo tiempo.

Verifique el estado de los empaques, en caso de que estén en mal estado cámbielos para garantizar un cierre hermético.

Utilice los distintos tamaños de las hornillas de la estufa de manera adecuada: los pequeños para ollas pequeñas…

Al usar la lavadora, trate de que la carga sea completa (llenarla de ropa). Si no, póngala en el ciclo de media capacidad.

Fuente EL TIEMPO

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